Las perspectivas de futuro, en lo que al medio
ambiente se refiere son poco claras. A pesar de los cambios
económicos y políticos, el interés
y la preocupación por el medio ambiente aún es importante. La
calidad del aire ha mejorado, pero están pendientes de solución y
requieren una acción coordinada los problemas de la lluvia ácida, los cloro fluoro carbonos, la pérdida de ozono y la enorme contaminación
atmosférica del este de Europa. Mientras no disminuya la lluvia
ácida, la pérdida de vida continuará en los lagos y corrientes del
norte, y puede verse afectado el crecimiento de los bosques. La contaminación del agua seguirá siendo un problema mientras el crecimiento
demográfico continúe incrementando la presión sobre el medio ambiente. La infiltración de residuos tóxicos en los
acuíferos subterráneos y la intrusión de agua salada en los
acuíferos costeros de agua dulce no se ha interrumpido.
Para reducir la degradación medioambiental, las sociedades
deben reconocer que el medio ambiente es finito. Los especialistas
creen que, al ir creciendo las poblaciones y sus demandas, la idea
del crecimiento continuado debe abrir paso a un uso más racional del
medio ambiente, pero que esto sólo puede lograrse con un
espectacular cambio de actitud
por parte de la especie humana. El impacto de la especie humana sobre
el medio ambiente ha sido comparado con las grandes catástrofes del
pasado geológico de la Tierra; independientemente de la actitud de
la sociedad
respecto al crecimiento continuo, la humanidad debe reconocer que
atacar el medio ambiente pone en peligro la supervivencia de su
propia especie.